A pesar de ser un tema doloroso, la muerte también puede abordarse desde un ángulo interesante, sobre todo cuando entran en juego la tecnología y el mercado.

Si una parte de la población puede disfrutar de una vida de confort y lujo, los especialistas en joyería han encontrado una oportunidad para eternizar el recuerdo de los seres queridos de una forma muy sofisticada. El mercado del lujo ha llegado al segmento funerario a través del refinamiento de la ceremonia funeraria, la suntuosidad de la exclusiva corona y también para el tratamiento del cuerpo de un difunto.

Gastando decenas o cientos de miles de dólares, las cenizas de cremación pueden eternizarse en forma de diamantes: la piedra más preciosa, resistente y duradera conocida por el hombre.

La tecnología detrás del honor

El elevado coste de producción de la joya conmemorativa, como se conoce al diamante de cenizas, está relacionado con la alta tecnología, la mano de obra ultra cualificada y el tiempo necesarios para producir artificialmente la piedra preciosa. Gracias a los avances de la investigación mineralógica, el mismo carbono contenido en las cenizas de una cremación puede transformarse en la materia prima del diamante sintético.

En el laboratorio, las cenizas se someterán a un largo proceso de HPHT (alta presión, alta temperatura) en el que la materia orgánica se somete a altas presiones y temperaturas que recrean las condiciones naturales de formación de la piedra. Pero en lugar de tardar millones de años como ocurre en la naturaleza, el proceso sólo tarda unos meses en crear el cristal.

Para que se haga una idea, los científicos creen que los primeros diamantes se formaron en el planeta hace unos 2.500 millones de años. Las piedras están compuestas de carbono puro comprimido y calentado en el manto terrestre, a 160 kilómetros por debajo de la superficie de la Tierra, a temperaturas de hasta 1050ºC.

El propietario del diamante puede optar por colores específicos generados durante el proceso, así como por diferentes formas de talla, lo que confiere a la piedra preciosa un significado aún mayor. Conviene recordar que el diamante sintetizado conserva las mismas características físico-químicas y el mismo brillo que una piedra natural.

La mayoría de los laboratorios de creación de diamantes sintéticos ofrecen un certificado de autenticidad de la joya y también pueden insertar un número de serie microscópico en el diamante para su identificación y verificación.

Los diamantes son eternos

No es de extrañar que muchas personas hayan empezado a transformar las cenizas de un ser querido o de una mascota como forma de preservar el recuerdo de los que han fallecido en una joyería de brillo infinito. Las cenizas transformadas en diamantes simbolizan el amor infinito a través de la belleza del significado intemporal de estas piedras preciosas.

Una vez terminados, los diamantes conmemorativos pueden guardarse o convertirse en anillos, collares y broches que pueden llevarse o transmitirse de generación en generación entre los miembros de la familia.

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