Fue creado por la artista del tatuaje Deborah Soares.

Hay quien piensa que la vida de un tatuador es fácil.
Pero lo que no saben es que está hecho de dolor.

Todos los días nos despertamos con la emoción habitual.
La frustración no tarda en aparecer.

A continuación, empieza a empaquetar todo su material.
Con mi habitual celo personal.

A cada momento que pasa, se emociona más:
Hoy, muchos se tatuarán.

Empieza el día: ¡dos nombrecitos!
...uno en la espalda, uno en el pie...

- Un procedimiento más... anoto con el bolígrafo.
¡Otro nombre de ex-marido para convertir en mariposa!

El cliente, un poco débil, ¡empieza a saltar!
¡El paciente tatuador quiere estrangularte!

¡Tres estrellas!
¡Qué emoción!
El tatuador piensa: "¡Qué falta de imaginación!

Todo tatuador conoce la cruda realidad:
Pocos clientes tienen creatividad.

Por la tarde, otra decepción:
Tres pequeñas letras japonesas junto al corazón.

El tatuaje con el que has soñado tarda en llegar, pero casi tan pronto como está hecho, ¡el tatuador vuelve a sonreír!

Un diseño precioso, todo oriental.
El tatuador muestra entonces todo su potencial.

Mira con orgullo el resultado final.
Y sabes que, después de todo, ¡tu trabajo ha merecido la pena!

El trabajo es duro y puede llegar a cansar, ¡pero todo tatuador sabe que su vida es tatuar!

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