Las jirafas son mamíferos artiodáctilos rumiantes, muchos de ellos mansos y pacíficos, capaces de alimentarse de las hojas de árboles de hasta 6 metros de altura. Su longitud corporal puede superar los 2,25 metros y, a pesar de su tamaño, pueden alcanzar velocidades de 56 km/h, suficientes para escapar de sus depredadores.
Con su aspecto único y llamativo, la jirafa es un símbolo de adaptabilidad, ya que se adapta a diversos entornos. Además, su imagen nos recuerda que debemos estar orgullosos de ser una persona única.
Por la composición de su cuerpo y el estilo de su pelaje, la jirafa siempre ha sido considerada una animal exótica, pero que a pesar de todas las diferencias, consigue sobrevivir e incluso destacar por algunas de sus características.
Como símbolo de África, muchas personas muestran sus raíces a través de composiciones que unen al animal con otros elementos del paisaje local, que representan la cultura. Según los tótems africanos, la jirafa está vinculada a la intuición, la conciencia y una mejor visión del futuro. Esto se debe al hecho de que al animal apenas le cuesta ver de lejos.
En China, este animal se asocia con la longevidad, la prosperidad, la suerte y los buenos augurios.
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