El símbolo de Malin, originario de Suecia, está compuesto por un infinito junto con un flechano sólo se ve hermosa en la piel, sino que también puede reflejar una filosofía de vida, representando que siempre tenemos que enfrentarnos a varios obstáculos para seguir adelante. Malin, más que un dibujo, es una historia, un pensamiento o una forma de ser.
Muchas personas se tatúan este símbolo como una forma de recordar sus propias victorias y que pueden seguir adelante, aunque el mundo dé varias vueltas. Es un estímulo para afrontar los contratiempos, ser capaz de madurar y centrarse en sus objetivos.
Se considera un símbolo de superación, ya que, independientemente de los obstáculos que encontremos en nuestra trayectoria vital, debemos superarlos para que nuestra vida pueda seguir su camino.
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